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miércoles, 17 de junio de 2020

Educando con más sentido _Parte I

Corazón rojo en las manos juntas colaboran en el trabajo en equipo ...

https://www.freepik.es/fotos-premium/corazon-rojo-manos-juntas-colaboran-trabajo-equipo_2861470.htm



El sentido común, es el más humano de los sentidos” :


Nos invita a poner la realidad al servicio de un mundo mental compartido. Sabemos que es difícil llevarlo a la práctica, porque requiere de nosotrxs esfuerzo, constancia y paciencia. Es una capacidad que se desarrolla como proceso, muy ligada a la capacidad reflexiva. Nos mueve a emitir juicios éticos que beneficien a la mayoría, al bien común. A mi entender, se traduciría en el uso de un pensamiento crítico constructivo.




 “El sentido común, es el más humano de los sentidos”



Haciendo uso de este sentido, son tres principios fundamentales  los que podemos considerar cuando educamos a nuestros niñxs. Los  llamo “Las tres  C”  o  C-  C –C.

Las personas adultas en modo conectado con otros seres, usamos una lógica práctica del sentido común que nos beneficia  en comunidad. Una habilidad que nos permite pensar con más claridad empática, que facilita tremendamente nuestra labor de crianza y educación, que podemos educar en lxs peques.



“Las tres C” nos invitan a desarrollar:
Coherencia, referida a conexión y congruencia entre lo que decimos, hacemos y pensamos;
Consistencia, en relación con estabilidad en la manera de disciplinar y comunicarnos; y
Cooperación, en referencia a buscar colaboración y consenso.

Implica entonces educar con sentido en modo conectado con lxs niñxs, sus necesidades básicas y sus emociones. Educar con y desde la inteligencia emocional. Porque partiendo desde la inteligencia emocional desarrollamos la inteligencia racional; “Educar desde la emoción para desarrollar la cognición social”. Es decir desarrollarme como un sujeto desde el nosotrxs, ser individuo perteneciente a una sociedad, auto- conocerme en referencia a un mundo que es social.




“Educar desde la emoción para desarrollar la cognición social”



jueves, 30 de abril de 2020

Co-regulación y autorregulación: el ritmo del vínculo_ Parte II


Co-regulación y autorregulación: el ritmo del vínculo_ Parte II

Y otros ingredientes para una “masa madre” cerebral.

Niño sonríe mientras se abraza al cuello de un hombre


En el post anterior os comenté sobre la clave del ritmo en el vínculo: la co-regulación de estados emocionales y conductas y sobre estrategias facilitadoras de auto-regulación. Hoy voy a hablaros un poco de su base neurobiológica y de otros ingredientes para la receta de un vínculo seguro y de una mente sana.

Nacemos con un cerebro o sistema nervioso central, que conecta con el resto de nuestro cuerpo a través de los nervios del sistema nervioso autónomo (ver anexo resumen notas sobre la Teoría Polivagal). Somos seres con un organismo a término pero cuyo s.n.central no está totalmente desarrollado. Programas de reflejos, alimentación, sueño, protección y seguridad, capacidad para expresar emociones básicas, lo necesario para sobrevivir y comenzar a apegarnos-vincularnos con la persona/s que nos garanticen ésa supervivencia. El cableado de conexiones neuronales ha de ser configurado a través de las relaciones con nuestros cuidadorxs principales. Para que esa vinculación ocurra de forma armoniosa, es primordial que la persona que cuida afine sus capacidades de sintonización afectiva y de escucha de necesidades y señales que le manda su niñx, a verlo como un ser con estados internos, emocionales y mentales.

¿Que necesita el bebé-infante? Vincularse de manera segura. Para eso lxs adultxs han de proporcionan cuatro condiciones según D. Siegel:

  • Ser visto, en su mundo interno: sensaciones, afectos, necesidades, deseos…
  • Ser calmado cuando se des-regula: co-regularlo para que después él comience a auto-regularse.
  • Sentirse seguro: en un entorno que cuida de su bienestar y que cuenta con adultxs que acuden cuando siente una amenaza o peligro.
  • Sentirse a salvo: cuenta con personas de confianza que le consuelan, tienen presente su mundo interno y sus necesidades.



De esta forma, aprende a auto-calmarse más fácilmente, a tolerar frustraciones, a esperar, a atender y planificar su conducta, a gestionar sus emociones, a tener un concepto de sí mismo positivo, a contemplar la cooperación, las necesidades del otrx, a negociar,…
 Estas experiencias ocurren de manera repetida, constante y casi siempre. Es el adultx quien regula desde fuera el estado interno de necesidad, el estado emocional. Interacciones consistentes y repetidas en el tiempo, que  van estructurando la arquitectura cerebral de conexiones, y de secreción de sustancias hormonales, que desarrollan el cerebro. E inician la autorregulación, que después será comportamental, cuando el lenguaje y las normas entren en juego.

¿Qué ocurre con el temperamento? Es una característica biológica que influye en la regulación emocional y conductual. Tiene que ver con la forma en como reaccionamos a los estímulos (internos o externos) y como nos adaptamos a ellos. El temperamento es innato, aunque susceptible de entrenamiento, sus variables características son:

  • Nivel de activación fisiológica y motora,
  • Regularidad de ritmos biológicos,
  • Tendencia a la aproximación o retirada ante situaciones nuevas,
  • Adaptabilidad a los cambios,
  • Intensidad de respuesta,
  • Sensibilidad a la estimulación,
  • Emocionalidad,
  • Persistencia de la atención.

Nacemos con un temperamento propio, que puede ser entrenado, es importante conocer el del niñx y el nuestro como adultxs. Si un bebé es más movido ante un estímulo nuevo, porque es muy sensible a las luces intensas por ejemplo, y le provocan gran activación motora porque se asusta y/o le altera, su reacción será más intensa, durante más tiempo y necesitará más margen para llegar a la calma, que otro que ni se percate, o simplemente parpadee un poco. Y como adultx, puede que te ocurra como  a él primero o como al segundo. Es importante tenerlo presente para lograr esa adaptación mutua, y tú le ayudarás mejor a que aprenda a regularse.





Ingredientes para una buena "masa madre" cerebral: cerebro bien cableado y mente sana




Anexo resumen sobre la Teoría Polivagal_

Extraído de: https://psicologiaxxi.com/entrevista-con-stephen-porges-teoria-polivagal/




Stephen Porges es profesor de psiquiatría en la Universidad de Illinois, Chicago, y ha pasado gran parte de su vida en busca de pistas sobre la forma en que funciona el cerebro, en esta búsqueda ha desarrollado lo que él denomina la teoría poli-vagal. Se trata de un estudio sobre la evolución del sistema nervioso humano y los orígenes de las estructuras cerebrales, y con ello supone que muchos trastornos de nuestra conducta social y emocional son biológicos, es decir, que hay más “circuito biológico” (hard wired) dentro de nosotros de lo que solemos pensar.
El término “polivagal” combina “poli”, que significa “muchos”, y “vagal”, que hace referencia con un importante nervio llamado “vago”. Para entender esta teoría, debemos ver primero el nervio vago, el componente primario del sistema nervioso autónomo. Esto es el sistema nervioso que no controlamos, que hace cosas de forma automática, como digerir los alimentos. El nervio vago sale del tronco encefálico y tiene ramas que regulan la estructura de la cabeza y de diversos órganos, incluyendo el corazón. La teoría propone que dos ramas diferentes del nervio vago están relacionadas con esa forma única en que reaccionamos ante una situación que percibimos como segura o insegura. Básicamente, el sistema simpático se vincula con la respuesta de “lucha o huida”, y el sistema parasimpático con el funcionamiento normal, cuando uno está tranquilo y sereno.
 La mayoría de los órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y el intestino, reciben inervación simpática y parasimpática. Las conductas de compromiso social, parecen que son dirigidas por un estado visceral del cuerpo. Para conseguir más calma en la gente, hablamos con ellos en voz baja, modulamos la voz y los tonos para activar comportamientos de escucha, y nos aseguramos que la persona se encuentre en un ambiente tranquilo donde no haya ruidos fuertes de fondo.
Por ejemplo, cuando estamos estresados, estamos inmersos en un ejercicio de alta intensidad. Pero esta realidad produce un retroceso mayor en el sistema de participación social, nos sitúa en un estado de analgesia para no sentir el estrés, en lugar de estimular un sentido de seguridad y protección. La teoría poli-vagal sugiere algunas estrategias para crear esa sensación de seguridad, como la retirada a un entorno tranquilo, tocar instrumentos musicales, cantar, hablar en voz baja, o incluso escuchar música. Piense en lo que hacemos cuando estamos estresados, nos expulsa de las relaciones interpersonales, en lugar de refugiarnos en ellas. Pero es natural que los seres humanos a utilicen a otras personas para ayudarse a regular sus propios estados mentales y emocionales.
Podemos decir que las interacciones sociales son un componente muy importante de nuestra experiencia psicológica como seres humanos. Y este sistema, el sistema de participación social, es lo que determina la calidad de esas interacciones, las características que mostramos a los demás, la expresión facial, la entonación de nuestra voz, los movimientos de cabeza, incluso los movimientos de las manos, son parte de esto. ¿Y si vuelvo la cabeza a un lado mientras te estoy hablando, si hablo con voz monótona, sin entonación, o se me caen los párpados, tendrás tú una respuesta visceral? ¿Cómo te sientes cuando hago eso?, Desconectado. Si te estoy mirando, y nuestro contacto los sentimos seguro y apropiado, y nuestro sistema nervioso está en sintonía, te sentirás incómodo si me doy la vuelta.

miércoles, 29 de abril de 2020

Co-regulación y autorregulación: el ritmo del vínculo_ Parte I




Co-regulación y autorregulación: el ritmo del vínculo_ Parte I

 ruido blanco bebe






En estos días de confinamiento donde la dificultad de movimientos y el aislamiento social se hacen más presentes, es un buen momento para conocer, comprender y poner en práctica herramientas de regulación emocional y comportamental.
La limitaciones de socialización y de movilidad pueden provocarnos desajustes fisiológicos en nuestros ritmos de alimentación, sueño, fuerza física, y desajustes emocionales: tristeza, nerviosismo, angustia ante la incertidumbre, irritabilidad, así como síntomas orgánicos como taquicardias, sudoración, náuseas, trastornos gastrointestinales, cefaleas…
Adultxs y niñxs nos encontramos des-regulados de nuestros ritmos biológicos habituales, y es muy posible que nos cueste auto-regularnos para volver a estados de bienestar y calma. 


Podemos utilizar diferentes estrategias:

  • Hacer deporte en casa.
  • Meditar.
  • Bailar.
  • Cantar o tararear, o ambos.
  • Respiraciones profundas, suspiros.
  • Realizar actividades placenteras, sean cotidianas como cocinar, limpiar, organizar armarios, o, bien pintar, coser, jugar…



Si sumamos realizarlas en compañía, vamos a disfrutar el doble, la relación aporta una co-regulación que suma; probad a aplaudir a las 20:00h sintiendo como resuena vuestra caja torácica, como el ritmo del corazón parece que se aúna con los aplausos, y se sienten los latidos acompasados,se oxigenan los pulmones, y nos sentimos más alegres, porque hemos conectado con otras personas, hemos compartido y hemos co-regulado nuestro estado fisiológico y mental. Nos calmamos y sentimos seguridad entre todxs. Igual que cuando de pequeñxs, el sonido del corazón en reposo de la persona adulta, nos hacía sentir en paz y bienestar.

Y es que la clave es la co-regulación, es el verdadero tempo de una buena salud y de un vínculo armónico, seguro y reconfortante. Cuando somos bebés necesitamos que las personas cuidadoras principales nos co-regulen, ante  un malestar interno (hambre, gases, sueño) o externo (una luz intensa, un grito, una ropa demasiado apretada), nos quejamos, nos sobresaltamos, lloramos o chillamos, para que el adultx nos ayude, conecte con nuestra necesidad, y podamos volver de nuevo a un estado de calma.



¿Cómo podemos facilitar ése proceso de co-regulación?




Los bebés utilizan sus sentidos para conectar, vista, oído, tacto; nosotrxs les facilitamos modulando la cantidad de estimulación que reciben, y usamos también nuestros sentidos para sintonizar:


  • La mirada tierna, la sonrisa,
  • La voz: timbre musical y tono más suave o menos, adaptado a sus preferencias, que transmita calma,
  • El balanceo rítmico del mecimiento en brazos, el abrazo
  • La caricia.




La co-regulación pone en juego una serie de habilidades de escucha a los ritmos particulares del bebé, sus preferencias de intensidad, frecuencia y cese de estimulaciones, de atención centrada en él y sus necesidades: si su cuerpo se relaja, deja de sudar, cesa el llanto, le gusta que lo abracen más fuerte, o una caricia en la cara o en los pies…
Así, con las repetidas experiencias, aprendemos a autorregular nuestros estados de excitación, nuestras emociones más intensas, y a regular nuestra conducta. A conocernos internamente.
Con niñxs más mayores la cercanía física y emocional, el abrazo, el habla reconfortante, el movimiento rítmico, la caricia, igualmente funcionan cuando les supera un límite porque no lo comprenden, les provoca confusión, o su tolerancia a los estímulos llega a su tope.



Recursos útiles:

·       Juegos de regulación padres-hijos:

·       Juegos para expresar emociones intensas:

Acordad un “código de señales” para expresar emociones intensas sin dañarse ni dañar.

martes, 21 de abril de 2020

Reflexiones en torno al “feroz lobo”


Reflexiones en torno al “feroz lobo”



Las familias con niñxs que presentan alteraciones en el desarrollo evolutivo, tienen que utilizar mecanismos de resiliencia y de escucha más finos y potentes, más si, cuando, a efectos prácticos, esa capacidad de mirada sensible nos permite mejor conexión, más comprensión y comunicación “sonora y armónica” con lxs peques. Tienen que pasar por las incertidumbres de evaluaciones, pruebas neurológicas y genéticas, entrevistas con profesionales, horas de sesiones, papeleos… Para un posible diagnóstico que facilite plantear objetivos terapéuticos eficaces.


Necesitan dosis altas de resiliencia, la valiosa capacidad que podemos desarrollar los seres humanos para adaptarnos a las circunstancias y vivencias abrumadoras, aprendiendo a poner en juego todos los recursos que les permitan superarlas. Desde los potenciales de desarrollo, desde lo que se tiene, no desde los límites. Se puede sacar partido a la capacidad sensitiva y táctil o visual, aun estando limitado a nivel motor, por ejemplo.
Cuando las familias comienzan a conocer las características únicas de su hijx, en un proceso de adaptación mutua, que ha de ser necesariamente dinámico y flexible, mi labor terapéutica inicial para facilitarles una mirada “más amplia y sensible”, implica la explicación de una metáfora; el cuento 
de Caperucita.

https://www.behance.net/gallery/438550/Playera-Caperucita-Ama-al-Lobo


 En el cuento, Caperu parte de un “no saber”, de un desconocimiento sobre “el lobo”, y éste feroz lobo, sabe afinar los sentidos, para oír, ver, saborear, oler, tocar…más y mejor. Se disfraza de “abuelita”, personaje que le inspira confianza y familiaridad a la niña, para acercarse a ella y enseñarle a afinar sus sentidos. Aquí, lxs papás y mamás me dicen” ah!, pero el lobo tiene la boca muy grande para comer mejor”, les contesto:” claro, se come lo desconocido, el no saber, no a la niña”, porque en los cuentos todo es simbólico, nada es literal. Se trata de un cuento lo suficientemente reconocible, y una comparación lo necesariamente "increíble o extraña”, como para que las familias comiencen a entender el proceso:

·       “Caperu” que desconoce en un inicio, las familias que desconocen a su hijx y sus características.

·       La “abuelita- lobo” que tiene saber acumulado y recursos sensoriales e instintivos como especie, de memorias biológicas, de seguimiento de ritmos, sentidos, tacto, olfato, vista, capacidad de ver y leer el cuerpo, los sonidos, el llanto, la mirada de su bebé cría…Aunque cree que no sabe.
·       La terapeuta que provee recursos psico--educativos en forma de programas de estimulación cognitiva, lingüística, social…Sería como el bosque que facilita y guía el camino hacia la casa de abuelita, familiar y cálida. Y me puedo extender aún más, desde el desconocimiento emprendemos un camino hacia un espacio seguro y acogedor de saberes potenciadores de comunicación y conexión empática con el niñx, en forma de técnicas, juegos, que facilitan y estimulan su desarrollo,  que potencian todos sus aprendizajes desde lo lúdico.


Porque al final, lo que importa de ésta metáfora es sensibilizar los procesos parento-marentales de  afinamiento de  la mirada para ver, oír, tocar, oler…sentir y escuchar, esperar, comprender, seguir, potenciar y disfrutar a sus hijxs. Y que la ignorancia de paso a la comunicación “sonora y armónica”.
Me ha parecido interesante compartir una visión “poética y personal” en torno a la importancia de sensibilizar a las familias para que participen y sean aliadas en terapia. Así es como lo comparto y como lo intento transmitir a mis familias.

Lo que importa de ésta metáfora es sensibilizar los procesos parento-marentales de  afinamiento de  la mirada. 




sábado, 11 de enero de 2020

Mentalización y sensibilidad parental-marental



Pensando a nuestrxs niñxs y creando climas afectivos que refuerzan vínculos seguros y sanos.



Dos capacidades son  básicas para vincularse de forma segura con lxs bebes:




1.    La capacidad de mentalizar o función reflexiva:


Peter Fonagy define la capacidad de mentalización como la manera de interpretar la conducta humana en términos de estados mentales intencionales (necesidades, deseos, sentimientos, creencias, objetivos, propósitos y razones).

 Para concebir que lxs otrxs tienen mente, el individuo necesita un sistema de representación simbólica de los estados mentales y también debe ser capaz de activar selectivamente estados mentales en línea con intenciones particulares, que requieren control de la atención.

La  mentalización implica dotar de sentido a las acciones propias y de los otros en base a los estados mentales intencionales.


¿Cómo se desarrolla este proceso ?



La mente infantil, se construye en interacción con las mentes de las figuras principales de apego y en entornos seguros, estables y con rutinas predecibles para el/la bebé. Precisamente es lo estable, predecible y seguro lo que dota de sentido a las experiencias que vive, repetidamente, para que comience a anticipar que sus conductas tienen efecto sobre el ambiente, sobre las personas, y, más tarde, que sus intenciones y deseos   están presentes en la mente de lxs cuidadores, que piensan “empática y sensiblemente” sobre las posibles intenciones del niñx. Es un proceso que debe ser facilitado por la persona adulta. Porque la mente del niñx no se construye sino en la relación, necesita del pensamiento y la verbalización, de las respuestas contingentes, repetidas, flexibles, comprensivas, empáticas y observadoras de las personas adultas. De la comunicación mutua y co-reguladora de estados internos. Que dará lugar, progresivamente,  a la conciencia de existir como un ser diferenciado del otrx, y a la culminación de una mente con capacidad de pensar.
En la función parental-marental cobra especial importancia la regulación emocional y la manera de comportarnos interpersonalmente.


Lxs bebés nacen con un “programa interno genéticamente programado” (Jaime Rojas Bermúdez) que les permite comenzar a interactuar ante señales del entorno relacionadas con las relaciones interpersonales entorno al cuidado, alimentación, limpieza…, que les ayuda a vincularse y comenzar a establecer las conexiones sinápticas que culminaran en el desarrollo de la mente. Y que permitirán que su cuerpo responda con movimientos cada vez más integrados y precisos, que a su vez promocionarán más conexiones y mayor integración de funciones del organismo. Integrando cuerpo, mente y ambiente.


La naturaleza es tan hermosa que para que ese proceso ocurra, esas estructuras genéticamente programadas en el interior del bebé, han de interactuar con las estructuras genéticas programadas de las personas significativas. Siendo un mecanismo tan delicado que cuando ocurren desajustes en esas interacciones de “programas”, que ocurren en efecto, se producen fallas, desconexiones, en los mecanismos de integración de la información, desajustes en el desarrollo de la capacidad atencional, de auto-regulación de estados internos y emociones, en las interacciones personales. Es aquí donde entra en juego la sensibilidad parento-marental.


La mentalización, es un proceso que debe ser facilitado por la persona adulta. Porque la mente del niñx no se construye sino en la relación, necesita del pensamiento y la verbalización, de las respuestas contingentes, repetidas, flexibles, comprensivas, empáticas y observadoras de las personas adultas. De la comunicación mutua y co-reguladora de estados internos. 




2.    Sensibilidad parental-marental :




Otra capacidad que requiere ser observadorxs y ofrecer una escucha atenta, amorosa y sensible, una respuesta flexible y adaptada a las señales no verbales y verbales del bebé. Adaptarnos mutuamente adultx-bebé. El ajuste depende del  temperamento del bebé, nuestra propia capacidad de decodificar señales, de auto-regularnos y persistir en el logro. Es un baile de influencias y ajustes bidireccional.







 En el despliegue de estas capacidades, considerar el entorno cultural y  las historias familiares previas de creencias, vivencias y gestión emocional en relación a la crianza, que van a influir en los modos de relacionarse con las criaturas. Así como las circunstancias vitales y momentos potencialmente  estresores, que puedan dificultar los ajustes.


Como aptitudes o competencias que son, pueden y es 
altamente recomendable que se entrenen y perfeccionen.

martes, 15 de octubre de 2019

EL GENIO DE LA LÁMPARA

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imagen: https://www.conmishijos.com/ocio-en-casa/cuentos/cuentos-infantiles/cuento-aladin-y-la-lampara-maravillosa.html


Suelo viajar en tren casi a diario, y es una gozada observar cómo pasa su tiempo la gente, a qué se dedica los minutos que transcurren en los vagones hasta su estación de bajada. La pasada mañana, disfrutaba viendo un bebe de unos cinco meses que miraba entusiasmado la cara de las personas esperando una sonrisa o un comentario, observando sus movimientos, a la expectativa de contactar. Chillaba y lanzaba grititos de puro gozo como respuesta. 
En una de esas, su abuelo le dice:
¡qué genio que tienes!, schsss, mandando callar. El nene, por un momento se calló, y se puso serio, para continuar, poco después, su interacción con la misma energía...

Os comenté en una anterior entrada lo vital que es conectar para compartir, con las personas conocidas, pero estamos igualmente diseñados para generalizarlo a todas.


Me pregunto si a fuerza de repetir la regañina no estamos sofocando al genio verdadero que vive en el interior de nuestra lámpara.



¿Por qué se considera no apropiado sacar el genio, la fuerza de determinación para decir, pedir o rechazar en un ser tan pequeño?, de momento, hasta que no aprenda a hablar y exponer su criterio,no tiene otra forma.






Genio significa, tener carácter, fuerte carácter, fuerza, y también significa poseer capacidad extraordinaria, talento o habilidades genuinas. Esa luz de potencial y entusiasmo, de capacidad de asombro y de inocencia que no ingenuidad, con los que venimos equipados de serie todas las criaturas humanas.


Un genio genial, encerrado en una cueva,dentro de un objeto que alumbra, que es mágica...


Así que, cuando veáis con vuestros niñxs la película de Aladino y el Genio de la lámpara maravillosa, o leáis juntxs el cuento, pensad en ello, ¿qué valores y enseñanza implícitos de fondo se dan en cada cuento clásico?

¿Qué opináis sobre esto?.
 Vuestras opiniones y comentarios son esperados y bienvenidos con ilusión por esta psicóloga que pretende sensibilizar y educar en red.

Saludos.




viernes, 4 de octubre de 2019

LA CONEXIÓN ES PRIMORDIAL


SER TOCADO, SER MIRADO: LA CONEXIÓN PRIMORDIAL

 Resultado de imagen de ABRAZO BEBES
PH AVAYA


Hoy llegan a mis ojos dos artículos muy interesantes, con información científica (1) sobre las miradas cara a cara y (2) sobre el contacto piel a piel.Ambas acciones, implican contacto: a través del tacto amoroso, la caricia; a través de la mirada amorosa y compartida. Y, son la base del sistema de apego que despliega el bebé para sobrevivir y comenzar a crear su cerebro social. 

“Los intercambios afectivos entre el cuidador y el infante proveen los cimientos o fundamentos del desarrollo neurológico de la red neuronal (especialmente del hemisferio derecho); cimientos que influenciarán la personalidad del infante, así como sus relaciones interpersonales”. Allan Schore.

Fue John Bowlby quien definió el apego como sistema de vinculación del bebe hacia la figura o figuras más cercanas, que le permite acercarse y sentirse seguro ante amenazas externas.
 

Lo que por motivos de conveniencia denomino teoría del apego es una forma de “conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con determinadas personas en particular y un intento de explicar la amplia variedad de formas de dolor emocional y trastornos de la personalidad, tales como la ansiedad, la ira, la depresión y el alejamiento emocional, que se producen como consecuencia de la separación indeseada y de la pérdida afectiva”. John Bowlby.


Es un sistema perfecto de vinculación social, que inicia un idilio de danza y música compartidas, profundamente satisfactorio. La base de la futura salud psico-física y emocional.

Y efectivamente, se necesitan dos para danzar al son de la
 música, teniendo en cuenta que va a ocurrir conexiones y desconexiones…ocurren continuamente, son normales y nos ayudan a ir conociéndonos mejor en nuestros roles de mamás y papás y afinan cada vez más “la wifi de conexión empática”.

Lo que ocurre cuando se producen frecuentes desconexiones que no son resueltas en el tiempo, queda una sensación de malestar y confusión en el niñx, que, a fuerza de repetir una y otra vez experiencias donde no existe un cierre satisfactorio para sus necesidades, acaba con un sentimiento de abandono y falta de seguridad. Esa es la clave, conectar lo antes posible con ell@s para que sienta cercanía, protección y seguridad de que aun existiendo momentos donde no estén las personas adultas, siempre vuelven para arroparle afectivamente. En definitiva, es un cuerpecito que siente, necesita sentirse sentido, visto y oído, tocado y reconfortado para construir su mente y su identidad personal.


¿Cómo funciona el sistema de apego?


·        Se trata de un proceso universal, un despliegue de conductas de acercamiento del bebé hacia la persona adulta. Ocurre en todos los bebes.
·        Es un mecanismo psico-biológico que asegura la supervivencia, con correlatos en el desarrollo de importantes redes neurológicas durante el primer año de vida.
·        Sigue activo durante toda la vida del individuo.
·        Lxs bebes se apegan de manera segura o insegura, en función de las respuestas y sensibilidad de sus personas cuidadoras principales. Se apegan a cada persona de forma única.
·        A medida que la criatura desarrolla y despliega sus capacidades, vuelve a su “lugar seguro” buscando y acercándose a su figura de apego como base para seguir explorando el mundo con confianza en sí misma.


 Satisfacer las necesidades psicológicas del infante requiere un cercano y frecuente contacto físico. Mientras desarrollan su motricidad, locomoción y movimientos intencionales, intentan mantener su proximidad física a su cuidador, al cual regresan cada cierto tiempo para “cargar baterías” “,M. Ainsworth.