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miércoles, 29 de abril de 2020

Co-regulación y autorregulación: el ritmo del vínculo_ Parte I




Co-regulación y autorregulación: el ritmo del vínculo_ Parte I

 ruido blanco bebe






En estos días de confinamiento donde la dificultad de movimientos y el aislamiento social se hacen más presentes, es un buen momento para conocer, comprender y poner en práctica herramientas de regulación emocional y comportamental.
La limitaciones de socialización y de movilidad pueden provocarnos desajustes fisiológicos en nuestros ritmos de alimentación, sueño, fuerza física, y desajustes emocionales: tristeza, nerviosismo, angustia ante la incertidumbre, irritabilidad, así como síntomas orgánicos como taquicardias, sudoración, náuseas, trastornos gastrointestinales, cefaleas…
Adultxs y niñxs nos encontramos des-regulados de nuestros ritmos biológicos habituales, y es muy posible que nos cueste auto-regularnos para volver a estados de bienestar y calma. 


Podemos utilizar diferentes estrategias:

  • Hacer deporte en casa.
  • Meditar.
  • Bailar.
  • Cantar o tararear, o ambos.
  • Respiraciones profundas, suspiros.
  • Realizar actividades placenteras, sean cotidianas como cocinar, limpiar, organizar armarios, o, bien pintar, coser, jugar…



Si sumamos realizarlas en compañía, vamos a disfrutar el doble, la relación aporta una co-regulación que suma; probad a aplaudir a las 20:00h sintiendo como resuena vuestra caja torácica, como el ritmo del corazón parece que se aúna con los aplausos, y se sienten los latidos acompasados,se oxigenan los pulmones, y nos sentimos más alegres, porque hemos conectado con otras personas, hemos compartido y hemos co-regulado nuestro estado fisiológico y mental. Nos calmamos y sentimos seguridad entre todxs. Igual que cuando de pequeñxs, el sonido del corazón en reposo de la persona adulta, nos hacía sentir en paz y bienestar.

Y es que la clave es la co-regulación, es el verdadero tempo de una buena salud y de un vínculo armónico, seguro y reconfortante. Cuando somos bebés necesitamos que las personas cuidadoras principales nos co-regulen, ante  un malestar interno (hambre, gases, sueño) o externo (una luz intensa, un grito, una ropa demasiado apretada), nos quejamos, nos sobresaltamos, lloramos o chillamos, para que el adultx nos ayude, conecte con nuestra necesidad, y podamos volver de nuevo a un estado de calma.



¿Cómo podemos facilitar ése proceso de co-regulación?




Los bebés utilizan sus sentidos para conectar, vista, oído, tacto; nosotrxs les facilitamos modulando la cantidad de estimulación que reciben, y usamos también nuestros sentidos para sintonizar:


  • La mirada tierna, la sonrisa,
  • La voz: timbre musical y tono más suave o menos, adaptado a sus preferencias, que transmita calma,
  • El balanceo rítmico del mecimiento en brazos, el abrazo
  • La caricia.




La co-regulación pone en juego una serie de habilidades de escucha a los ritmos particulares del bebé, sus preferencias de intensidad, frecuencia y cese de estimulaciones, de atención centrada en él y sus necesidades: si su cuerpo se relaja, deja de sudar, cesa el llanto, le gusta que lo abracen más fuerte, o una caricia en la cara o en los pies…
Así, con las repetidas experiencias, aprendemos a autorregular nuestros estados de excitación, nuestras emociones más intensas, y a regular nuestra conducta. A conocernos internamente.
Con niñxs más mayores la cercanía física y emocional, el abrazo, el habla reconfortante, el movimiento rítmico, la caricia, igualmente funcionan cuando les supera un límite porque no lo comprenden, les provoca confusión, o su tolerancia a los estímulos llega a su tope.



Recursos útiles:

·       Juegos de regulación padres-hijos:

·       Juegos para expresar emociones intensas:

Acordad un “código de señales” para expresar emociones intensas sin dañarse ni dañar.

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