En el día a
día de todx madre y padre surge necesariamente el tema de la disciplina como
“problemática real y cotidiana”. Cuando trabajas con familias y con niñxs, más
temprano que tarde tienes que “asesorarles” al respecto. Y comienzas a
investigar, a buscar “recetas genéricas o no tanto” que nos aporten pistas para
que lidiemos con ello- que, de paso, te
sirvan a ti también en tú trabajo-…hasta que, afortunadamente, te das
cuenta de que no existen recetarios que valgan, cada individuo crece con una
familia; cada familia cría personas particulares y cada cual tiene su pasado
vital y su historia educativa.
Aunque sí
que partimos de un común referente: la sociedad y el modelo educativo que
transmite. Aún hoy, muchas personas tienen y mantienen un modelo que entiende
la disciplina como autoridad que impone límites sin conectar con el mundo
afectivo y la lógica del desarrollo evolutivo, a través del castigo si lo
considera oportuno.
En el camino
de búsqueda de respuestas para resolver el dilema, he encontrado referentes
profesionales bastante enriquecedores, cuya obra, investigación científica y
reflexiones me ayudan a equilibrar la balanza en mi labor, a transmitir ese
equilibrio a mis familias. La respuesta que he encontrado es alentadora:
si, es
posible disciplinar con amor incondicional.
¿Qué significa disciplina?
Significa
educar para ser, enseñar capacidades para desenvolverse en la vida con eficacia
y desde la alegría. Es el legítimo objetivo a largo plazo. Una “disciplina sin
lágrimas, sin castigos”, que, educa con coherencia, es previsible, sensible,
cariñosa, relacional, y permite a los niñxs sentirse seguros. Que transmite éste mensaje, aunque a niveles
prácticos, no sea posible en todo momento y estado emocional:
“La Disciplina sin Lágrimas nos permite comunicarles: ESTOY CONTIGO. Tienes mi apoyo. Incluso cuando estás enfadado y no me gusta tu manera de actuar, TE QUIERO, y estoy a tú lado. Entiendo que lo estás pasando mal y aquí me tienes”; Daniel J. Siegel, Tina P. Bryson.
Implica equilibrar la balanza entre Limites
(normas) y necesidades (deseos, intereses), entre lo social y lo
individual. Desde lo positivo, buscando entender los motivos de la conducta del
niñx, y su porqué, a nivel de desarrollo evolutivo, conociendo cómo funciona el
cerebro infantil. Una labor lo suficientemente importante, que exige cambios de creencias, actitud y
constancia por parte de los papás, mamás y familias.
Seamos
sincerxs, no es nada fácil, ¿todo el tiempo, en todo momento, a todas horas?
por supuesto, no. Porque vamos con prisas, porque tenemos ésos días, esas
épocas y estamos cansadxs, malhumoradxs,…Pero, que no pueda hacerse siempre no
significa que sea imposible…El esfuerzo de cambiar estilos de crianza no
eficaces, no respetuosos merece mucho por los resultados.
“El ser humano tiene dos necesidades básicas: sentirse seguro y sentirse amado”; Pepa Horno.
https://www.youtube.com/watch?v=z10RivLq5tA
Llegados a este punto: ¿Estas “en zona
de conflicto” con tús hijxs, o colaboras con ellxs?, tú decides. Si te decides
por disciplinar desde el respeto y la firmeza, te estás preguntando, vale,
¿cómo lo hago?.
Paciencia, el próximo post encontrarás
algunas pautas y respuestas, que no “recetas”.
Saludos sinceros, tribu Redpsicoeduca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario